tus ojos y mis pupilas
se hunden en aguas de una laguna
que asfixian todo sentimiento diferente.
De esta manera
unidos el uno y el otro, fundidos
gracias al diablo que despertó:
Mis manos en tus nalgas; pero queriendo cubrir
cada pulgada de tu cuerpo
en un abrazo imposible.
Nada diferente.
Historias tan conocidas.
Media hora después,
en la cocina, cortando las cebollas
Nada recordarás.
Probablemente
mis manos al acariciar este papel
piensan que toco la curva de tu espalda.
Domingo Alfonso
“Cuba n. 1935”
Sem comentários:
Enviar um comentário